Invitado

Un café caliente y un tostado quemado 
al igual que mi rostro, el suelo mojado
interfiere con el sonido de mi canción 
el ruido de las multitudes hablando. 

Uno, dos, tres sobres de azúcar usados
endulzan lo amargo de esta tarde calurosa
mientras espero desde un rincón gastado,
sentada sola en una mesa para cuatro.

La gente va y viene en cada bocado
la comida se enfría y sigo sin hambre
y entonces me pregunto en este instante 
qué pasaría si estuvieras a mi lado
qué pasaría si estuvieses a mi lado.

Qué lástima ese papel por ahí tirado
potencial soporte para estas frases
y aunque lapicera tampoco traje
las escribiría con las gotas del cortado.

Cada dos minutos pispeo a mi costado
entre charlas ajenas y meriendas que perdí 
no sea cosa de que vayamos a coincidir 
y te tenga por un ratito como invitado.

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